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Serie puertorriqueña protagonizada por el actor mejicano Juan Ferrara y la actriz puertorriqueña Von Marie Méndez (1985) |
La bella y orgullosa Soledad, educada en París en los valores de la libertad y la fraternidad, se enamora del prometido de su prima Cecilia, Gustavo, al volver a su casa de Puerto Rico.
Ambos deciden sacrificar su amor para proteger a la enfermiza Cecilia.
Su estancia en Puerto Rico la devuelve a un mundo de injusticias en el que cientos de personas no son dueñas de su propia vida, es el mundo de su infancia, que había quedado latente durante sus años de formación en Francia.
La joven Soledad se debate en el dilema de aceptar lo establecido, a favor del crecimiento económico del negocio paterno, o luchar por la liberación de los puertorriqueños de raza negra, en concordancia con la educación recibida en el extranjero.
En lo más profundo de sí misma la segunda opción se le presenta como la más humana. Su posición le granjeará numerosas enemistades en su familia, entre sus vecinos y con la autoridad.
Gustavo, militar de profesión, como representante de esa autoridad, lucha por tratar de conciliar sentimientos encontrados: por una parte, la obligación contraída por su familia que lo lleva a casarse con Cecilia, amando a Soledad; por otra, el dolor por la incomprensión de su amada hacia su trabajo.
Ambos se erigen en defensores de ideologías opuestas; pero la atracción que existe entre los dos impide que lleguen a desvincularse definitivamente, pese al matrimonio de Gustavo con Cecilia y los intereses que los separan.
A la muerte de la prima, Soledad y Gustavo contraen matrimonio. Poco a poco ella lo va llevando a él hacia su causa. Cuando parece que nada puede separarlos de nuevo, e incluso un embarazo colma la dicha de ambos, se encuentran con la sorpresa de que su hija es negra.
Las acusaciones mutuas se ciernen sobre ellos. Gustavo está convencido de que su esposa lo ha estado engañando con un amigo y camarada de la causa en favor de la libertad de la raza negra. Soledad piensa que su marido es un hipócrita, al haber renegado durante tanto tiempo de su propia raza, para ella no cabe otra alternativa: Gustavo desciende de personas de color.
Finalmente, una esclava de la familia muy cercana a ella durante su infancia y a la que Soledad había concedido la libertad, le confiesa ser su madre. Tras el impacto de la noticia, Soledad espera el arrepentimiento de Gustavo por sus sospechas como condición para confesarle sus orígenes.
Hermosa novella.
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